Este pasado viernes, celebramos junto a nuestra Comunidad Parroquial, la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María.
Y retomamos la costumbre, de ataviar a nuestra Madre de los Dolores, de modo especial, para celebrar su Inmaculada Concepción.
La ilusión de algunas y algunos, la inestimable ayuda de Virginia Tejero, y la autorización de nuestro Párroco, han hecho posible, que nuestros ojos no pudieran quitarse de su imagen, durante todo el tiempo que permanecimos en el Templo.
Que Ella, nos ayude siempre, a disponernos cada día, para ese nacimiento de Dios en nuestras vidas.
¿Qué os parece Nuestra Madre Dolorosa Inmaculada?