A Ntro. Padre Jesús Nazareno, y a Nuestra Madre de los Dolores, le rogamos para que D. José Antonio Ortega Gómez, hoy en el cielo, reciba del mismo Dios, todo lo que merece, todo en lo que siempre creyó, todo lo que comunicó y animó, porque él siempre ha confiado en Dios, y en sus manos se abandonó.
Descanse en paz, D. José Antonio, un hombre, que no dejaba a nadie indiferente.